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Las luminarias en el punto de mira: Garrett Waggoner
El adolescente en el punto de mira: Garrett Waggoner
-dicho por su madre, Kristina Waggoner

Para Garrett, los Candlelighters han sido un regalo muy especial en su viaje. Garrett ha crecido con un diagnóstico infantil de Asperger, lo que significa que está en el espectro del autismo. Aunque es muy inteligente, necesitaba ayuda para socializar con los demás, algo con lo que luchaba. Tomó clases en la escuela que le diferenciaban de los demás niños, que se dieron cuenta de que era diferente, y tenÃa muy pocos amigos.

Cuando entró en el instituto, volvió a las clases regulares y empezó a salir de su caparazón, cuando a los 16 años le diagnosticaron cáncer cerebral. No querÃa contárselo a nadie y sólo nos dejaba hablar con sus profesores. Los demás chicos sabÃan que le pasaba algo porque habÃa perdido todo el pelo, iba en silla de ruedas entre clase y clase y, al final, le pusieron una sonda de alimentación, pero no hablaba con ellos.

Como padre, fue como un doble golpe, no sólo estaba muy enfermo, sino que el progreso social que habÃa hecho durante años se habÃa ido, e hizo que mi corazón se rompiera por segunda vez, ya que se aisló. Mientras que en el hospital, vimos las muchas cosas que Candlelighters hace por las familias - pelÃculas, aperitivos, tarjetas de regalo para ayudar con los gastos, y todos los miércoles por la noche comida REAL del mundo exterior!!!.

Pero a Garrett lo que le ayudó fue cuando acabó el tratamiento. Le invitaron a reunirse con otros adolescentes que estaban pasando por lo mismo que él. Pero al final, fue. Y lo que encontró fue un grupo, que nunca habÃa tenido antes - en el que todos eran iguales, porque todos tenÃan cáncer. No era gran cosa, no era el raro. Era normal, y bienvenido, y podÃa hablar de ello con ellos sin miedo a entristecerlos, sin juzgarlos, sin compadecerse, y tenÃan experiencias similares que compartir. PodÃan hacer bromas, y simplemente ser ellos mismos, ser adolescentes normales y sarcásticos, y nadie se inmutaba. Fueron a una Escape room, a paracaidismo Indoor, y a una fiesta de Halloween. Asistió mensualmente a esas actividades, y sigue yendo hoy en dÃa. Tener ese grupo de iguales cambió algo en él: le dio a Garrett un grupo de chicos con los que pasar el rato y ser él mismo.

Poco después, empezó a hablar con los demás niños del colegio, a abrirse y a contar lo que le habÃa pasado y, para su gran sorpresa, empezó a salir de casa para ir a eventos con otros niños de su clase con los que no se habÃa relacionado en años. Gracias a estas actividades, Garrett salió de su caparazón. Habló en una asamblea del colegio sobre la concienciación del cáncer, empezó a aceptar la ayuda de sus compañeros para llevar sus libros de una clase a otra, fue adoptado por el equipo de fútbol, asistió a los partidos para apoyarles y se convirtió en co-capitán honorario. Incluso fue al baile de graduación y le eligieron rey.

Verle reincorporarse al mundo de los adolescentes, del que se había retirado, fue tan sorprendente y hermoso. Creo que la quimioterapia le ayudó a curar el cáncer, pero su trabajo con Candlelighters le ayudó a curar su corazón.

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